4 nov 2019

Tradición



En México ya el viento transpira chocolate y dulce pan de muerto. Ante tan apetecible tentación, la Muerte ya olisquea esta emblemática fecha que cada vez más y más a su apetito se restriega. ¡Dichas veladas son tan emotivas debido a que  propician el reencuentro entre ella y su hermana la Vida!


Con entusiasmo, la Muerte debraya con la gran variedad de ofrendas que tendrá que degustar, y extasiada comienza a elaborar el gran listado de almas a las que debe ya despertar. ¡Ellas, abrigadas por la eternidad yacen en un sueño profundo, solo interrumpido por el clamor de sus seres queridos!


Los festejos en honor a su enigmática figura recorren a media noche las calles del centro histórico, y a nombre de su persona arman una gran farra. La Muerte, en calidad de invitada especial no se da por aludida y entre genuinas calaveritas, acepta con algarabía dulces y fuertes mentadas. Eso se debe a que permite a los seres vivos, que cada mes de noviembre del año presente, sus entrañables fallecidos les visiten y por minutos conversen espiritualmente.


Y pese a la diversidad de creencias, año tras año crece el fervor, el cual  fortalece esta ancestral tradición. MexiCráneos y alebrijes pacientes se exhiben sobre reforma, mostrando movimiento ante el recorrido de  la Muerte, que admirada  reconoce la creatividad del mexicano, que en su honor le han ofrendado.


El día de muertos, herencia de un mágico pueblo conmueve a la Muerte. Del 2 al 3 de noviembre ella se hace presente, pero nunca deja trabajos pendientes. Ya que con esmero cuida su rebaño de almas, y dentro del año de su ida y venida, sin discriminar se lleva a las que dolorosamente se desprenden de la Vida, ¡figurando ya su nombre en su infinita lista!.


Ante la ingesta de tequila, mezcal, charanda, pulque y chelas, Vida y Muerte festejan una vez más el reencuentro, y pese a estar un poco ebrias, la Muerte no deja a ninguna alma en pena. A su lado se muestran perros, gatos que en vida estuvieron al lado de humanos y que hasta el final de sus días les procuraron.


Y antes de que acabe dicho festejo, le recuerda a su rebaño degustar todo lo que se les ha ofrendado. Ya que pasará más de un año en el que nuevamente los recuerdos de los humanos, linaje vivo que aún no parece los convoquen y ellos a su vez acudan al llamado, debido a que dentro de sus mentes perenne vivos los mantienen, pero es probable que el próximo año nadie les llame ya que el vivo recuerdo quizá los alcance y el olvido para siempre los apague.


La Muerte, pese a ser un ser eterno y poderoso ente, no puede evitar sucumbir a las delicias de esta tradicional cocina, y antes de su partida, voraz prepare su itacate con el que al inframundo debe retornar. ¡Así en aquellos meses seguirá degustando en soledad de tan deliciosa comida y refrescante bebida, mientras llega otro festejo del tan especial día de muertos!


Chopeando chocolate con rico pan de muerto, la Muerte divaga con las sorpresas que los humanos probablemente le deparen en el próximo festejo de día de muertos; donde la ensalzan sin miedos y con la dualidad de enojo y agradecimientos. Llegado el momento, con gozo despertará a los muertos pese al regaño de sus hermanos los eternos que no comprenden el apego a los mortales, ni su exagerado gusto por el chocolate y dulce pan de muerto.


Vida aun te Espero

©Reservados
"Mi mundo a colores"

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