Todos morimos un poco

Todos morimos un poco

Todos morimos un poco al pensar quien nos amará, mientras obsesivos cuestionamos al destino; ¿quién estará al final de nuestro camino? ¡Y  pese a ello, él no se inmuta ni siquiera ante nuestra actual ansiedad!

 

Todos morimos un poco al permitir que las acciones del desamor, pretenciosas enraícen lenta y dolorosamente dentro de nuestro pecho. Germinando dentro de el, espinosos sentimientos que florecen infestando nuestro desértico pensamiento.

 

Todos morimos un poco cuando el día nos hace despertar en soledad. Cuando la noche dentro sus brazos nos consuela consiente de que tal vez el amor jamás nos despertará.

 

Todos morimos un poco cuando la muerte nos impregna con un frio beso, con el único propósito de que dormitemos sin dolor sobre su excelso pecho. Evitando que aun dentro de su reino, el egoísmo del  amor se niega a dejarnos partir; arriesgando nuestra transición al consentir que ese mortal sentimiento trascienda anteponiéndose a nuestra eterna entrega.

Todos morimos un poco cuando demonios por amor se elevan en inaudita redención, mientras ángeles caen tentados por una humana pasión. En tanto., nuestro libre albedrío en vilo se encuentra ante la elección de un cielo o de un infierno, mientras a nuestro alrededor plumas y fuego nos hacen el juego.

 

Todos morimos un poco cuando el ser querido nos es arrebatado por la muerte. Ella, compasiva únicamente nos lega sus pasadas vivencias. ¡Ya sin sus mortales cuerpos, restos es  hoy  lo único que adoramos en ausencia!

 

Todos morimos un poco cuando aquellos otoños con su gélido aliento, de nuestros ojos se llevan lágrimas que como tal follaje yerto, deshoja nuestra actual tristeza.

 

Todos morimos un poco cuando el tiempo debido a nuestros miedos suspira ya fastidiado al ver que tiramos por la borda tantas oportunidades que nos añoran. El, tímidamente se aleja impregnándonos más y más de su experiencia en nuestra ya arrugada presencia.

 

Todos morimos un poco cuando únicamente de momentos el sexo nos desea, pero ni siquiera un falso amor requiere de una neta entrega.

 

Todos morimos un poco cuando dejamos en nuestro pasado sentimientos acuartelados, que en nuestro actual presente se sublevan no permitiendo que nuestros anhelos sean corrompidos. ¡Y aún con fuerzas siguen leales a nuestra actual querella.

 

Vivimos muriendo al pensar si en nuestro inevitable final disfrutamos al máximo. Y en ese lapso nuestra vida acaba sobre ese inconcluso camino que nos lleva hacia la nada. En dicho camino se muestran estatuas, pero realmente son solo almas que traumadas fingen aun estar vivas y simplemente no ser ni por el tiempo ignoradas.

 

Todos morimos un poco cuando nuestros espíritus son convocados, pero al despertar, apesadumbrados constatamos que nuestros mortales cuerpos fueron por bacterias ya devorados o en su defecto incinerados. ¡No permitiendo que por unica ocasión sientan el sabor que les brindo la vida; una inevitable dulzura que por elección envinaban con cierta amargura.

 

Deprisa o lentamente, despiertos o dormidos, cuerdos o locos; en soledad o compañía; apáticos sobre nuestro cielo, felices dentro de nuestro infierno; con amor o desamor; ¡Pero,  todos, todos morimos de poco en poco!

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“Eclipsando a tu Sentimiento”