¡Hoy!

¡Hoy!

¡Hoy ya no sé que ni que sentir!

 Si es que para ser libre mi corazón tenga que dejar de latir.

Y en ese insensible estado ya la muerte por fin me liberé de tu depresivo ser. Y fuera ya de tu viento me niegue a una vez más a renacer como tal ave fénix que no persiste más en alimentarse de tu querer.

¡Hoy ya no sé ni cómo actuar!

Y es que al mantener mi piel sobre tu cuerpo y dejar desnudos a mis blancos huesos comprendas que mis sentidos aun necesitan de tu esquivo sentir.

¡Hoy ya no sé en qué más creer!

Si es que tu deseo a mis suspiros no puede ya ni remontar sin que el atrevido viento acaricie a mis sentidos ávidos de un abrazo con promesa de no abandono.

Hoy ya no sé qué más hacer para que mi libido se tranquilice.

¡Y es que el camino de tu olvido es tan largo qué mis ansias de amarte no se extinguen ante la fuerte lluvia de tu indiferencia!

Hoy ya no quiero cuestionar a la luna ni al mar acerca de la ausencia de tu mirar. ¿En este momento no se si te llegue a conocer o simplemente a mi corazón engañe con tu iluso ayer?

Hoy mis emociones se encuentran inmersas en un total conflicto, mientras mi corazón cansado y triste me pregunta en cada uno de sus latidos. ¿Y es que acaso por convocar a la muerte podrás liberar de su recuerdo a tu mente?. ¡Si es que mis labios por fin olvidan tu nombre aceptó desde hoy el que se aferren al eterno beso de la muerte!

©Reservados

“Del corazón a la Luna”