Esta noche no, no quiero ser

Esta noche no, no quiero ser

Esta noche no quiero ser Luna y constatar cómo el atrevido viento acaricia con deseo a tu desnudo cuerpo, mientras la envidia a mi brillo eclipsa y en total orfandad, la ausencia de tu mirada hace mella en mi relativa sonriza.

Día tras día tú olvidas que a mi lado siempre suspirabas, mientras tus pensamientos con dulzura impactaban como tal meteorito sobre mi carcomida espalda.

Noche tras noche paciente espere nuestro mutuo encuentro, pero solo tu felicidad sonreía detrás de esta ventana que ya nos separa. Desesperado ya te espiaba reclamando nuevamente la atención de tu tierna mirada. ¡Esa, que en el pasado benévola me rescato de la eterna soledad sin que el firmamento nos reprochará absolutamente nada!

Y es que a mi reflejo poco a poco ya ni observabas sobre el claro lago de los deseos. Es ahí donde a mis lágrimas tu indiferencia transformó este lago en un fétido pantano.

Las nubes, celosas de mi esplendor confabularon ante tus ojos distorsionando mi pétreo reflejo. Sus temibles tormentas obstruyen de los cielos la figura de tu estrella. ¡Esta que en cada noche por más triste que te encontrarás no permitiría que te devorase ninguna siniestra pena!

Pero tu lealtad es tan bipolar como las coordenadas de algunos cuerpos errantes. Ante las insinuaciones de infinitos trovadores olvidas por completo que a mi lado siempre suspiras sobre aquel balcón de los sueños, mientras a mis oídos tus anhelos confiabas.

Hoy ya ni me conformo el solo verte debido a que se que no llegaré a ser tu presente y por más que mis rayos de luz serena pretendan acariciarte no logran ni abrazarte.

Mi impotencia ha sido tan grande, que en algunas noches al percibir como tu sentimiento me ignora, me transformo en esta Luna, que sangrienta se muestra ante la vista de los poetas.

¡Esta noche no quiero ser Luna!

¡Solo quiero que me extrañes, que me hables, que me pienses como antaño lo hacías!

Y es que aun pasado el tiempo necesito que mi brillo no se acostumbre a estar por siempre en el lado más alejado de tu pensamiento.

Hace tantas fases que prometí que si tu pensamiento se entregaba sin condición a mi sentimiento, con un solo beso engendraríamos un inesperado eclipse del cual nadie nos separe ni seamos juzgados por ello!

¡Esta noche no quiero Luna!

Esta noche sin remordimientos, rechazó ser la estrella que fugaz te guié con infinito dolor a los brazos de efímeros amantes.

¡Esta noche no quiero ser el mitológico astro que solo es venerado por los seres rechazados!

¡Hoy tan solo ansío ser por uno minuto ese mortal que te abrace y te ame como jamás nadie!

¿Es que acaso es tan difícil que puedas ser tú la próxima estrella que feliz orbite a mi costado sin que los meteoritos nos hagan pedazos?

Sé que eso y más es tan improbable que pase.

Pero, esta noche no quiero ser esta mirada sentenciada a solo observar lo feliz que serás sin yo estar sobre tus labios.

Esta noche no quiero ser el astro que en soledad dependa aún del firmamento para remontar los cielos y velar por tus sueños.

Siglo tras siglo solo espero que en la próxima noche de la próxima noche pueda ser un simple mortal que acaricies sin recelo.

Esta noche no deseo ser más el objeto de tu afecto en los momentos en que tu mirada por desamor me tome a mí, la Luna como su última opción. ¡Esta noche no, no quiero ser!

©Reservados

“Del corazón a la Luna”