Calaveritas

Calaveritas

Calaveritas de azúcar que lucen tan suculentas hasta en las ofrendas más modestas. ¡Apetitosas se muestran ante la mirada de tantas ánimas sedientas.

 

De azúcar, de chocolate, de amaranto. Cada una de ellas endulza la amargura de los fieles difuntos. ¡Inclusive de aquellos que prisioneros se encuentran purgando una amarga condena.

 

Dulces y tiernas le dan la bienvenida a la mismísima muerte, qué fascinada por su textura, color y sabor le cuesta tomar una decisión al saciar con esa infinidad de sabores su hambre atroz.

Calaveras que con nombres grabados en la frente honran a nuestros difuntos. Y a los vivos tan solo nos recuerdan nuestro inevitable futuro.

 

Calaveritas dulces que del primero al dos de noviembre terminan deshaciéndose en la boca de vivos y muertos. Su inigualable sabor les brinda fortaleza y alegría a los vivos ante esas almas que pronto anuncian su partida.

 

Sobre papel picado, entre colores rosa mexicano y morado ellas imponentes se lucen anhelando la llegada de ese enigmático ser que trae consigo una fila interminable de almas de diversas edades.

 

Ante ese innegable poder que la muerte tiene sobre vivos y muertos. Se le reconoce su ardua labor en estas dos especiales noches, donde por ella todos los seres brindan con charanda y aguardiente.

Ante colorido festejo la huesuda muy segura camina segura ciñendo sobre sus hombros su rebozo de bolitas, que orgullosa enarbola ante tantas adulaciones. En sus manos sostiene calaveritas de gelatina que suelen ser su reliquia ante las ofrendas compartidas.

 

Calaveritas que enaltecen la tradición mexicana, qué al igual que el dulce camote son parte innegable de este pueblo que las elabora con gusto y las degusta con orgullo.

 

Calaveritas revestidas con grecas, coronas y espirales de colores, que año tras año especialmente en día de muertos lucen en los puestos tan espectaculares. Pacientes observan la llegada de los vivos que seleccionándolas en base a características de los que ya partieron, son adquiridas para posar en aquella ofrenda en la que con cariño y respeto se les espera a esos, nuestros muertos, que felices beben y comen antes de partir para nuevamente dormir.

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“Eclipsando a tu sentimiento”